2021-05-05

COLUMNA | Irán, su política nuclear y amenaza regional, por Isaac Caro

Nuestro académico Isaac Caro publicó recientemente una columna en el Semanario La Palabra Israelita. Revisa aquí la publicación.

El cambio de administración en Estados Unidos, a partir de la asunción de Joe Biden, en enero de 2021, ha significado nuevas formas de percepción en la política de Washington hacia Teherán. De trasfondo, la gran diferencia que separa al nuevo gobierno de Biden del de Trump radica en la presencia de estrategias diferentes para prevenir que Irán obtenga armas nucleares y, de este modo, se convierta en una amenaza para la región y el mundo. 
Por un lado, está la posición de la Unión Europea y de las administraciones demócratas de Estados Unidos, que han favorecido la negociación. De este modo, tras una década de conversaciones, el 14 de julio de 2015, se alcanzó un acuerdo histórico, el que estipulaba que, a cambio de la eliminación de las sanciones económicas en contra de Irán, este país se comprometía a salvaguardias internacionales sobre su programa nuclear. El acuerdo es conocido como P5+1, porque fue suscrito por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, esto es Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, a los que se sumó Alemania. 
Por otro lado, está la posición de la ex administración republicana de Trump, apoyada por el gobierno israelí y algunas monarquías del Golfo Pérsico, que ha defendido una línea dura en contra de Irán, a través de las sanciones económicas y la exclusión de cualquier acuerdo con el país persa. En esta dirección, en mayo de 2018, el entonces presidente Trump retiró a Estados Unidos del convenio P5+1, señalando que este era defectuoso y acusando a Irán de apoyar el terrorismo. Este anuncio fue saludado por Israel, y rechazado por Francia, Reino Unido y Alemania.  
Ahora en 2021, tras la asunción de Biden a la presidencia de Estados Unidos, se iniciaron algunas conversaciones indirectas en Viena, a través de la intermediación de las otras potencias firmantes, tendientes a que Irán cumpla los términos del acuerdo y Estados Unidos vuelva al mismo. Sin embargo, Teherán ha descartado cualquier diálogo directo o indirecto con Washington. La posición iraní es tajante: sólo volverá a cumplir los términos del acuerdo si Estados Unidos acepta la eliminación de todas las sanciones económicas impuestas contra el país persa.  
Más allá de estas dos estrategias diferentes en la relación con Irán, hay determinados factores estratégicos que deben ser considerados. En primer lugar, los nexos regionales de Irán, a través de su intervención en otros conflictos de la región, apoyando al régimen del gobernante Hafez el-Assad en Siria, a grupos chiitas proiraníes en Irak, a los hutíes en Yemen, así como las acciones terroristas del grupo libanés chiita proiraní, Hezbollah, responsable, entre otros, del ataque contra la AMIA (Buenos Aires, 1992).  
Segundo, sus nexos extra regionales, con la constitución de un eje Teherán-Pekín-Moscú, que comprende relaciones económicas, políticas y militares, que desafía a Estados Unidos, a la Unión Europea y a la OTAN. Estos tres países han realizado maniobras militares conjuntas desde 2019 en el Golfo de Omán y en el Océano Índico. En lo político, tienen posiciones comunes frente a temas tan diversos como la guerra civil en Siria, apoyando al gobierno de Assad; y la crisis venezolana, entregando su apoyo al gobierno de Maduro. 
En este contexto geopolítico, la reactivación del acuerdo 5+1 con Irán puede ser un paso importante para mantener “supervisado” el programa nuclear iraní, evitando que este país desarrolle un programa que lo lleve a tener armas nucleares. Con todo, existen otras vías, que pueden ir de forma simultánea, para disuadir a Irán en esta dirección. Un primer camino, es la consolidación y profundización de los llamados Acuerdos de Abraham. En septiembre de 2020, dos países árabes, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, formalizaron sus relaciones diplomáticas con Israel, sumándose a Egipto y Jordania, que eran hasta entonces los únicos que reconocían y tenían un tratado de paz con el Estado judío. Es fundamental que también Arabia Saudita se sume a estos acuerdos, de modo de fortalecer una alianza en el Medio Oriente que pueda hacer frente a la amenaza que representa el régimen iraní. 
Un segundo camino es el fortalecimiento de los nexos que Israel ya ha desarrollado con Grecia y Chipre y a los que recientemente se han sumado los EAU. Una reunión presencial, en la que estuvieron los ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro países se realizó en abril de 2021. Si bien la formación de este eje es un llamado explícito a Turquía por los problemas que enfrenta con Grecia en el Mediterráneo oriental, la incorporación de los EAU debiera ser motivo de preocupación para Irán.  
Los Acuerdos de Abraham, el eje Grecia-Chipre-Israel, una rearticulación del proceso de paz palestino-israelí, la reactivación de una asociación euro mediterránea entre la Unión Europea y los países del Mediterráneo oriental con un activo rol de Israel, deberían ser los motores principales para reconstruir un comprehensivo proceso de asociación y confianza mutua, representando al mismo tiempo las medidas de disuasión más efectivas frente a los peligros del régimen iraní.